Música y ópera

"Bombas, bombas"

La Ruta viaja a 2025 con una ‘fiesta’ en Bombas Gens

  • El equipo de La Ruta, en la rueda de prensa de presentación.
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VALÈNCIA. Bombas Gens se suma a la fiesta de La Ruta. El centro de artes digitales inaugurará en octubre su primera producción propia: una exposición inmersiva dedicada al movimiento cultural valenciano. Un coche recorre la CV-500 y todo lo que ve es de colores. La música techno suena a todo trapo y la gente bailando es un elemento del paisaje de la Albufera.

Estas son las pocas coordenadas que el equipo de Layers of Reality ha avanzado de la que será su primera producción hecha desde València, un año después de su desembarco en la ciudad. Tenía que ser con La Ruta, la escena artística más icónica de las últimas décadas, que hizo trascender la ciudad a la primera línea musical a nivel estatal e internacional.

El reto es mayúsculo, porque en los últimos años ha habido una fiebre que ha sacudido el polvo para acercarse a este fenómeno con algo más de perspectiva. Ya lo ha hecho una serie, un podcast, una exposición centrada en su contribución al diseño gráfico y ríos de tinta que llenan baldas enteras. Ahora, es el momento de que la sala se convierta en una discoteca.

“Cuando empezamos el proyecto no éramos conscientes de la complejidad y la realidad poliédrica de La Ruta, pero precisamente se ha transformado en un reto poner en valor la contemporaneidad de la escena”, explicaba en la rueda de prensa de presentación Artur Duart, director de Bombas Gens y comisario de la exposición. 

“La voluntad de la exposición no es contar un nuevo relato, sino contarlo de otra manera. La tarea tiene, por lo tanto, algo de infinito e inabarcable”, añadía la periodista Marta Moreira, que ejerce como directora de contenidos. La suya ha sido la tarea de recoger estudios, hemeroteca y testimonios en primera persona para pulir el discurso en el que se apoyará la experiencia expositiva.

En este sentido, el equipo ha partido de lo ya avanzado en este nuevo prisma que se le ha dado a la escena musical. “La voluntad ha sido la de hacer partícipes a todos los agentes culturales y recoger la información y las experiencias de las personas que lo han vivido dentro de la exposición”, aseguraba Duart.

El subtítulo de la exposición deja claro cuál será ese punto de vista: Modernidad, cultura y descontrol. “Se han hecho malas lecturas de La Ruta, por eso la exposición quiere hacer una revisión histórica y académica para poner en valor todos sus valores culturales”, ubicaba el comisario.

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A la modernidad y la cultura se le suma, claro, el matiz del descontrol, que salva a los discursos que ponen en valor la contribución al ecosistema creativa de la trivialización del consumo de drogas y excesos moralmente reprobados. Pero también el descontrol puede leerse como algo positivo: “En València, cuando hay poco control, es cuando suceden cosas. Como cuando plantamos en las calles monumentos gigantes”, aportaba Ricardo Ruiz, de Altre Estudio, que se encarga de la arquitectura museográfica.

Suma de talento valenciano

La Ruta pone el foco a València pero también de València. Lo hace con una constelación de talento valenciano que se encarga de la totalidad de la propuesta. A la ya mencionada Marta Moreira como responsable del archivo y el discurso, y a Ruiz, se le suman Democràcia Estudio a la cabeza del diseño gráfico (que tendrá el peso preferente que también tuvo en aquella escena) o  la suma de Vitamin y Radiante para el diseño de la propuesta inmersiva (inspirada en la idea de La Ruta de que “todo estaba por construir”).

Por su parte, Ruiz propone tres espacios en los que “a través del humo y la luz, la arquitectura propone algo nuevo”: un primer espacio será un laberinto que evocará la distorsión de la realidad;  otro centrado en la música; y un último que recuerda que, ante todo, La Ruta tampoco fue un juego.

Artur Duart recoge todas estas propuestas en una propuesta que “ante todo, lo que quiere hacer es que el público lo pase bien” (incluso, lo ideal sería “que la gente bailara”). El truco está en el cómo: la manera de sumarse a la fiesta no es la de hacer la enésima revisión, sino la de evocar La Ruta a través de lo nunca visto: contenidos generados en 3D, realidad virtual y proyecciones 360º o láser mapping.

La Ruta. Modernidad, cultura y descontrol podrá visitarse a partir del 2 de octubre en Bombas Gens y la idea es generar una propuesta que pueda interesar tanto a la generación que vivió aquella época, como a las personas jóvenes interesadas en este revival e incluso hay prevista una serie de actividades con carácter familiar. Además Layers of Reality confía en el interés de La Ruta y viajará, al menos, a sus centros de Madrid o Barcelona. 

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