VALÈNCIA. El histórico apagón eléctrico que afectó este lunes a buena parte de España y Portugal ha tenido un impacto desigual en el tejido productivo de la Comunitat Valenciana. Mientras que las grandes empresa lograron mantener su operatividad gracias a sistemas de autogeneración energética, los trabajadores autónomos y pequeños negocios resultaron ser los más perjudicados, con pérdidas económicas que algunas organizaciones cifran en cientos de millones de euros.
Según trasladan los distintos sectores a la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), la mayoría de empresas de mayor tamaño -especialmente en industrias como la química, plástica, metalúrgica, textil, de la madera, calzado o alimentación- sortearon la crisis sin incidencias significativas. Esta capacidad de respuesta se atribuye, en gran parte, a la previsión de contar con generadores propios y planes de contingencia. "Pese a tratarse de una situación excepcional, la capacidad de respuesta del tejido empresarial de mayor tamaño ha demostrado ser sólida, minimizando el impacto del apagón y garantizando la continuidad de la actividad en la mayoría de sectores", señala la patronal.
Golpe a los trabajadores por cuenta propia
No corrió la misma suerte el pequeño comercio y los trabajadores por cuenta propia. La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) estima que los autónomos de la Comunitat Valenciana perdieron, de media, 650 euros en tan solo unas horas. La organización advertía este martes de que sectores como la hostelería, el comercio minorista, peluquerías, centros de estética, consultas sanitarias privadas y profesionales freelance fueron los más afectados. Entre los datos más ilustrativos de su informe, se indica que una cafetería con hasta tres empleados dejó de facturar cerca de 600 euros; un restaurante, hasta 1.500 euros; una peluquería o centro de estética, unos 400; un comercio textil o de calzado, alrededor de 700; y un profesional independiente, aproximadamente 500 euros. Las consultas privadas también vieron canceladas visitas o tratamientos, con pérdidas que rondan los 250 euros diarios.

- Un restaurante sin luz. -
- Foto: BIEL ALIÑO/EFE
UPTA subrayaba la alta vulnerabilidad del colectivo autónomo ante emergencias de este tipo y reclama la creación de planes de contingencia específicos para asegurar la continuidad de su actividad ante futuras interrupciones del suministro. Mientras, la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) elevaba el impacto del apagón a una cifra nacional que ronda los 1.300 millones de euros, con una especial incidencia en el sector hostelero y comercial.
De la distribución a la logística
La patronal de los supermercados valencianos, Asucova —que agrupa a grandes cadenas como Mercadona, Consum o Masymas— ha valorado positivamente la capacidad de reacción del sector. Según su comunicado, la mayoría de tiendas abrieron con normalidad el martes tras el apagón y se garantizó en todo momento el abastecimiento y la seguridad alimentaria.
Solo algunos establecimientos se vieron obligados a cerrar durante el lunes ante la imposibilidad de mantener el servicio habitual. Las tiendas que sí abrieron registraron picos de demanda desde el mediodía, con acopios puntuales de agua, pan, velas, pilas, papel higiénico y otros productos básicos. Asucova asegura que no hubo problemas de desabastecimiento grave y llama a los consumidores a mantener la calma para evitar compras impulsivas innecesarias.
El sector logístico fue uno de los que más dificultades afrontó. La falta de suministro eléctrico afectó operaciones de carga y descarga, generando retrasos en la distribución. Sin embargo, gracias al uso de generadores y a la recuperación progresiva de la red, la actividad ha ido restableciéndose con rapidez. En el sector agroalimentario, el impacto fue más leve, en parte gracias al festivo en muchas localidades. Algunas grandes empresas, sin embargo, no pudieron cubrir completamente la demanda energética con sus generadores, lo que redujo su capacidad de producción, aunque sin provocar daños estructurales.
El sector turístico, a pesar de la magnitud del apagón, logró operar con relativa normalidad. Hoteles, comercios y aeropuertos funcionaron sin incidentes graves, aunque sí se registraron problemas puntuales en el transporte ferroviario, especialmente en los servicios de alta velocidad (AVE), donde se vivieron retrasos y suspensiones. El hecho de que muchas localidades valencianas celebraran festivos ese día también ayudó a contener el impacto, reduciendo el tráfico de pasajeros y la actividad comercial.

- Calle en el centro de València el pasado lunes. -
- Foto: BIEL ALIÑO/EFE
En el caso del sector agrícola, Unió Llauradora i Ramadera indicaba que las principales pérdidas se centrarán en el sector ganadero de la Comunitat Valenciana y que no serán mayores por la importancia de tener alternativas preparadas. El impacto en el sector primario ha sido "dispar, dependiendo de sector y ubicación, en la medida en la que el suministro se ha ido restableciendo en distintos momentos", destacaba la organización agraria, y señala que, "como siempre, muchas zonas del medio rural han vuelto a tener suministro horas más tarde que en las capitales de provincia".
En el sector porcino, la situación es dispar, en la medida en la que una parte importante de granjas no dispone de grupos electrógenos, ha podido haber pérdidas de producción y estrés en los animales que se tendrán que analizar. La Unió ha destacado también disrupciones en la cadena por problemas en los mataderos, por lo que muchas granjas de aves y porcino han visto aplazadas las cargas de animales.
En el sector lácteo se constatan pérdidas generalizadas. Las necesidades de bombeo en el ordeño, de frío, e incluso de robots de ordeño, precisan de una potencia que sólo la pueden dar generadores que no muchas granjas se pueden permitir por su elevado coste y por falta de disponibilidad. También, en granjas sin grupo electrógeno que se abastecen de agua de pozos, los problemas sufridos han impedido el suministro de agua provocando estrés hídrico a los animales. Así, un número muy elevado de granjas de leche no han podido realizar los ordeños programados hasta el restablecimiento del suministro, en muchos casos a altas horas de la madrugada, o han tenido que saltar un ordeño, con pérdidas en que fácilmente pueden alcanzar 2.000 l de leche en una granja media. Igualmente se reportan pérdidas en granjas y cooperativas al estropearse la leche recogida en los tanques.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, estimaba que la pérdida global derivada del apagón alcanzará los 1.600 millones de euros, lo que equivale a un 0,1% del PIB. Garamendi advertía además que algunas industrias, como las refinerías, necesitarán hasta una semana para volver a operar con normalidad, mientras que otras, especialmente aquellas con hornos eléctricos, podrían haber perdido maquinaria de forma irreversible. “Algunos hornos, una vez parados, ya no pueden reutilizarse”, ha señalado. Desde la CEV se ha solicitado a las autoridades competentes la ampliación de plazos istrativos al menos en un día, tanto para empresas como para particulares. La petición busca evitar que los afectados por el apagón vean comprometido el cumplimiento de trámites oficiales por causas ajenas a su voluntad.