VALÈNCIA. El multitudinario acto celebrado por el expresidente de la Generalitat Francisco Camps el pasado en el Veles e Vents dejó, además de simbolismo, muchos mensajes dirigidos hacia el actual liderazgo del PPCV ostentado por Carlos Mazón.

Si bien la actualidad política, con novedades relevantes como el anuncio por parte de Alberto Núñez Feijóo de la celebración de un congreso extraordinario del partido, parecen haber enviado a un segundo plano el citado mitin, sigue habiendo fuertes conexiones entre algunas frases proclamadas y la realidad en la formación popular.

"Yo no quiero un partido dormido. No nos lo merecemos ni los valencianos ni los militantes ni los simpatizantes. Mi partido no puede estar en absoluto despegado de la realidad. Necesita más fuerza, más discurso, más ganas de trabajar y menos complejos", llegó a sentenciar el expresidente, una afirmación que no obstante, resulta en cierta medida descriptiva de la situación que vive esta fuerza política en la Comunitat Valenciana.

El motivo es evidente. La catástrofe de la Dana dejó en un estado crítico al Consell de Mazón: 228 víctimas mortales, agujeros en la gestión de la desastre y un presidente de la Generalitat con dificultades para explicar su papel a lo largo de la tarde de la riada. Una serie de cuestiones que provocaron en los siguientes meses una pérdida de crédito notable del jefe del Consell -con manifestaciones multitudinarias pidiendo su dimisión- que ha sufrido a menudo protestas en muchos actos públicos, lo que ha conllevado un recorte de su asistencia en grandes eventos como ocurrió en Fallas, Magdalena o la Romería de la Santa Faz, por citar algunos ejemplos.

Esta situación del presidente también se deja ver en el PPCV. En los últimos meses, el partido atraviesa un periodo de baja actividad a todos los niveles: comunicativo, presencia pública, actos... Esto podría considerarse en cierta medida habitual cuando una formación gobierna, dado que suele volcarse en la gestión y dejar de lado el dinamismo en la sede, pero el nivel de parálisis actual, y así lo iten algunos cargos consultados, es más alto de lo habitual.

Esto, que criticaba Camps, tiene cierta lógica especialmente en partidos tan presidencialistas como el PP. La situación del máximo líder es débil, incluso tiene problemas para participar en actos multitudinarios lo que, unido a la alta actividad que el Consell pretende dedicar a la reconstrucción, provoca la ausencia de iniciativa dentro de la formación popular. Ya no sólo por la situación de Mazón, sino porque el resto de la dirección entiende que no es el momento de dar un paso adelante.

Así, la vida orgánica del partido se ha venido limitando a las cuestiones relacionadas con los municipios: en este caso, lidiar con los diversos líos que vienen provocando las alianzas con Vox y tratar de no perder más ayuntamientos por mociones de censura como ocurrió en Requena o Chiva. Más allá de eso, y de cierta actividad interna que desde las direcciones provinciales de cara al control orgánico del partido, no ha existido una intención de impulsar acciones en el ámbito regional desde la dirección del PPCV en el actual escenario.

"Fui 'president' de la Generalitat y fui presidente del partido. Le dediqué muchísimo tiempo al Partido Popular porque es el bien supremo sobre el que se asienta el Gobierno, sobre el que se asientan las expectativas de todos los valencianos. Mientras el partido no reconozca las grandes cosas que hizo el PP en estos 30 años de gobiernos, no está preparado para pedirle a la gente que vuelva a tener confianza", proclamó Camps el pasado sábado. Una afirmación que, probablemente, tiene sentido para muchos militantes y simpatizantes, y que pone de manifiesto la existencia de otra misión prioritaria para Mazón o para su sustituto en el caso de que finalmente se acometa un proceso de relevo tras el congreso convocado por Feijóo en julio: la recuperación del músculo del PPCV con vistas a las citas electorales que comienzan a acercarse una vez superado el ecuador de la legislatura.

Mompó replica con un acto potente en Náquera

Sin embargo, las palabras del expresidente no han caído en saco roto. El líder del PP de la provincia de Valencia, Vicent Mompó, ha convocado para el sábado 31 en Náquera un almuerzo multitudinario en el que se aspira a reunir a unas 700 personas.

Una manera de  insuflar ánimo en la formación popular frente a críticas como la de Camps, pero que cuya motivación principal es la de activar el partido ante el anuncio del congreso nacional emitido por Feijóo y la situación de debilidad en la que esta formación se encuentra desde la crisis de la Dana.