La vida empieza en el mar, y de allí vienen Los Gómez. La historia de uno de los grupos hosteleros más relevantes de Valencia se remonta a 1989, con el primer bar que regentaban Amparo y Paco. Más tarde, en 1997, abrió sus puertas Puerta del Mar, situado en la playa de la Pobla de Farnals. En 2009, los hermanos Marcos y José trasladaron el negocio al centro de Valencia, manteniendo también el original. No han dejado de crecer desde entonces, y ahora, en 2025, han decidido dar un paso más. Puerta del Mar acaba de estrenar una completa remodelación de su interiorismo, que moderniza por completo su imagen, sin perder la esencia de la cocina tradicional. La nueva decoración, inspirada en el mar Mediterráneo y l’Albufera de València, ofrece un ambiente acogedor y elegante, ideal para disfrutar de una experiencia gastronómica donde predominan los pescados, los arroces y el buen producto autóctono. 

Esta reforma se suma al rebranding general que Los Gómez vienen presentando desde principios de año. No solo la marca principal se ha visto actualizada, sino también la gráfica del resto de establecimientos del grupo: Los Gómez Taberna, Gran Mercat y La Picaeta, además de potenciar la línea de negocio de Yurest. El lema con el que defienden esta nueva etapa reivindica su pasión por el oficio, pues ellos se sienten “Orgullosamente hosteleros desde 1989”, cuando sus padres, Amparo y Paco, comenzaron su andadura junto al mar.

“Teníamos claro que queríamos reivindicar el tipo de cocina que iniciaron nuestros padres en la Pobla de Farnals. Puerta del Mar fue el primer espacio en el que nos dimos a conocer y el que nos ha hecho crecer como Grupo Gómez en Valencia desde 2009. Ahora, miramos hacia adelante apostando por una cocina basada en productos de mar, proximidad y kilómetro cero. Quien venga a visitarnos podrá sumergirse en el Mediterráneo, tanto por la decoración exquisita que nos ha quedado como, por supuesto, por la cocina que ofrecemos”, explican Marcos y José Gómez. 

Armonía y calidez en el nuevo Puerta del Mar

Ubicado en la Calle Trànsits, número 4, el renovado local ha sido concebido como un homenaje a la tierra y al mar, integrando elementos naturales y materiales nobles, que evocan la serenidad de la costa valenciana. Así, el interiorismo conjuga armoniosamente colores suaves y una cuidada iluminación. Predominan los tonos arena, beige y verde oliva, que evocan la paleta cromática del paisaje valenciano. 

El techo ondulado, y revestido también en verde suave, simula el movimiento del agua, mientras que las lámparas colgantes de fibras naturales, inspiradas en la flora autóctona, aportan a su vez textura y un aire artesanal. La arquitecta Merce Donderis, y la interiorista, Karla Irazu, han sido las responsables de la espectacular remodelación.

También es fundamental la disposición de las mesas, que aseguran amplitud, privacidad y comodidad. Están vestidas con manteles blancos y una vajilla clásica, que eleva la sensación de elegancia. El mobiliario combina sillas tapizadas en tonos neutros y sofás curvos que abrazan mesas redondas, creando rincones íntimos para compartir. Destaca una espectacular vinoteca acristalada en la pared principal, que no solo exhibe la extensa selección del restaurante, sino que también funciona como un punto focal decorativo y funcional. 

Uno de los elementos más llamativos del espacio es la estantería de productos frescos: una despensa abierta en la que se exhiben frutas, verduras y hortalizas cuidadosamente dispuestas en cestas de mimbre. Este detalle no sólo refuerza el compromiso de Puerta del Mar con el producto local y de temporada, sino que también aporta color y vida al interior. Fundamental resulta también la lámpara de erizos de mar, situada en la misma entrada del restaurante, que da la bienvenida  los comensales y les recuerda lo cerca que están de la orilla, también en lo que a oferta gastronómica se refiere. 

Por último, encontramos la barra, realizada en madera natural y enmarcada por arcos con retroiluminación cálida. Funciona como antesala al comedor, pero también es un espacio para un aperitivo informal, integrando perfectamente lo funcional con lo estético. Y es que, con esta renovación, Puerta del Mar no sólo se reafirma como un emblemático punto para disfrutar de la gastronomía mediterránea en el centro de la ciudad, sino también como un espacio donde cada detalle, desde la iluminación hasta el mobiliario, ha sido pensado para elevar la experiencia del comensal y conectar con el Mediterráneo.

Una propuesta culinaria fiel a su esencia

Especializado en arroces, carnes y pescados frescos, todos ellos representativos del recetario mediterráneo, Puerta del Mar también presenta una carta renovada, que combina platos clásicos con propuestas innovadoras. Entre sus especialidades, destacan: 

• Fideuà de pato y setas
• Bogavante gratinado al horno
• Chuletón a la brasa de vaca (45 días de maduración) 
• Torrija con helado de leche merengada