VALÈNCIA. Siguen las disputas en el seno de la causa judicial abierta a raíz de la Dana del pasado 29 de octubre. Esta vez, a cuenta del protocolo interno de avisos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que puede aportar información interesante para examinar la actuación del ente aquel día. En ese sentido, la defensa de la exconsellera Salomé Pradas, investigada en la causa, pidió a la jueza que requiriese dicho protocolo al organismo, que respondió con un informe que no ha satisfecho sus pretensiones.
En el documento, al que hacía referencia Valencia Plaza este lunes, la CHJ explicaba cuáles eran los umbrales de precipitaciones y caudales en los barrancos que exigían la remisión de avisos a las autoridades de Protección Civil -lo que ha permitido verificar que dicho protocolo se incumplió-, así como el listado de trabajadores del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) que estuvieron en activo el fatídico día.
Sin embargo, se trata de un informe sobre el protocolo y no el protocolo en sí, según defiende el abogado de Pradas, Eduardo de Urbano, que ha presentado a la jueza un recurso de reposición señalando precisamente que la Confederación Hidrográfica "no ha aportado el protocolo interno que le fue requerido, por lo que no puede entenderse cumplimentado el mandamiento efectuado".
"El documento que ha aportado la Confederación Hidrográfica del Júcar y que une la Diligencia que se recurre no es el protocolo interno con las normas que regulan la transmisión de avisos a los órganos de emergencias y protección civil ante fuertes lluvias e inundaciones, sino un informe o comentario sobre el referido protocolo, que no ha sido aportado", insiste la defensa de la exconsellera al respecto, que solicita que vuelva a requerirse el protocolo al organismo que dirige Miguel Polo.
En el informe remitido por la CHJ, se fijan tres umbrales de caudal que, cuando se superan, obligan a emitir un aviso dirigido al centro de coordinación de emergencias de la Generalitat y la Delegación del Gobierno. Se trata de un caudal que "todavía no produce afecciones pero es probable que se produzcan en un tiempo corto si prosigue el incremento de nivel", según reza la explicación remitida por la Confederación: en caso del barranco del Poyo, estos umbrales son los 30, los 70 y los 150 metros cúbicos por segundo.
Una previsión que, sin embargo, no sirvió de mucho en este caso porque la CHJ no remitió aviso al cruzarse ninguno de los tres umbrales, lo que se produjo a las 16.15h, las 17.00h y las 17.25h respectivamente. No en vano, el único aviso que se remitió fue el ya famoso correo electrónico de las 18.43h, pero este advertía de un caudal que a esa hora ya multiplicaba por diez el umbral máximo de aviso (150 m3/s).
En dicho mensaje se acumularon los tres avisos que tendría que haber emitido con anterioridad. "Primer, segundo y tercer aviso de la Rambla del Poyo NIII (Riba-Roja VALENCIA)", reza el encabezado del correo, donde además avisaba que la tendencia era "ascendente" y que la crecida estaba siendo "muy rápida".