ALICANTE. La innovación es uno de los motores clave del crecimiento económico y de la transformación productiva. Sin embargo, su impacto real sobre la cohesión territorial sigue siendo una cuestión abierta. El último informe de Cotec 'Proceso de innovación y desigualdad Igualdad Territorial', publicado este mes, aborda precisamente esa tensión: ¿la innovación reduce las desigualdades regionales o las perpetúa? En este nuevo análisis, basado en el Regional Innovation Scoreboard (RIS) de la Comisión Europea, se observa que la mayoría de las regiones europeas -incluyendo las españolas- han mejorado su desempeño innovador entre 2016 y 2023. Pero no todas lo han hecho al mismo ritmo ni con los mismos resultados. La Comunitat Valenciana es un caso paradigmático.
Convergencia, pero con matices
La Comunitat Valenciana ha logrado situarse entre las regiones convergentes, las que, aunque partían de un nivel medio, han crecido por encima de la media de la Unión Europea, acercándose a los grupos más dinámicos. En concreto, se sigue situando entre las regiones de innovación en nivel moderado. Esta tendencia es un síntoma positivo, pues revela una capacidad creciente para adaptarse a las mejores prácticas de innovación. Cabe destacar que este análisis abarca desde 2016 hasta 2023, la mayor parte del proceso con el anterior Consell, el del Botànic, en sus dos mandatos, y parte del nuevo Consell a partir de verano de 2023. La Comunitat, en esos años, ha avanzado un 12,5% en la variación en la puntuación del RIS 2016-2023.
En términos de eficiencia, el territorio valenciano ha sabido mantenerse cerca de la frontera. Este concepto -la frontera de mejores prácticas- representa el umbral más alto alcanzable con los recursos y tecnologías disponibles. En 2023, la Comunitat continúa formando parte de esa élite española, junto con Cataluña, Madrid y Baleares. Pero si bien se mantiene, no mejora con la misma intensidad que otras regiones como Aragón o Cantabria.
El talón de Aquiles: la colaboración empresarial
No todo es positivo. Uno de los indicadores más preocupantes es la caída en la colaboración de las pymes con el sistema de innovación, una señal clara de estancamiento en la innovación abierta. En este aspecto, la Comunitat se sitúa por debajo de la media nacional y muy lejos de la media europea. Mientras Europa avanza a pasos agigantados en este terreno, España -y en particular regiones como la valenciana- retroceden.
Este déficit es crítico porque la innovación abierta es precisamente uno de los vectores que permiten a los territorios más rezagados beneficiarse más rápido de las innovaciones desarrolladas por los líderes. Sin ella, el proceso de convergencia se ralentiza.
El desequilibrio en el reparto del I+D
A ello se suma otro factor estructural: la concentración territorial del gasto en I+D. Entre 2014 y 2023, Madrid y Cataluña pasaron de acaparar el 48,7% del gasto nacional al 51,6%. La Comunitat Valenciana, pese a mantener una participación del 7,7%, no ha podido recortar distancias frente a los grandes polos. Este fenómeno profundiza la desigualdad, pues son precisamente los territorios más ricos quienes concentran más recursos para innovar, generando así una espiral de crecimiento desigual. En evolución de la colaboración de las pymes, en la Comunitat Valenciana ha bajado a 49 puntos sobre 100 en 2023. En 2016 la colaboración de empresas en la innovación de la Comunitat fue de unos 55 puntos, aproximadamente.
Un futuro incierto pero con oportunidades
A pesar de estas sombras, el informe de Cotec reconoce el esfuerzo de regiones como la Comunitat Valenciana por mantenerse en la frontera de eficiencia. Su mejora en productividad, aunque modesta, es una señal de que los sistemas regionales de innovación aún pueden responder si se dan las condiciones adecuadas: políticas públicas activas, alianzas empresariales y una inversión sostenida. En resumen, la Comunitat Valenciana mejora su productividad y mantiene su posición relativa, lo que indica que ya estaba en la frontera de eficiencia y ha sabido mantenerse en ella.