VALÈNCIA. Este martes tuvo lugar una nueva declaración en el marco de la causa judicial de la Dana. En este caso, de otro empleado del centro de emergencias de l'Eliana, el jefe de la Unidad de Análisis y Seguimiento del Riesgo, que vivió los peores momentos de la catástrofe desde la sala técnica anexa al Cecopi. Allí mantuvieron o con la Agencia Española de Meteorología (Aemet) y recibieron los avisos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), por lo que estas cuestiones centraron parte del interrogatorio.
Así pues, el empleado de la sala de mando criticó la actuación de la Aemet especialmente el día de la catástrofe porque "hubo muchos cambios bruscos de unas horas a otras", por lo que, a su juicio, "no era una buena predicción" la realizada por la Agencia. "Una cosa es la previsión o predicción, que tiene unos rangos temporales, pero cuanto más te acercas al día, tiene que ser más ajustada", lamentó durante su comparecencia.
Según relató, llegó a las 7h a la sala de mando y el operador de sala "estaba un poco enfadado porque le habían hecho varios cambios". El domingo y el lunes, la Agencia había emitido avisos especiales y la última previsión había llegado a las once de la noche anterior, con toda la Comunitat en nivel amarillo excepto el interior norte y el interior sur, que tenían aviso naranja con un umbral de precipitaciones superior a 40 litros por metro cuadrado en una hora o 140 litros en dos horas. "Son umbrales de referencia pero no era la peor situación que se podía esperar", aseguró.
A las 6.30h se activó el aviso naranja para la Ribera Alta y se registraron "precipitaciones intensas", lo que supuso cambiar los avisos a los municipios afectados, a los que se les avisa por fax, correo electrónico y mediante teléfono, según dijo. "También por SMS a alcaldes, concejales, personal de seguridad, etcétera. Se les envía una breve descripción de la alerta y un enlace para acceder a la información", expuso el técnico.

- Pantalla de avisos en el Cecopi
Asimismo, explicó que apenas una hora después se recibió "otra modificación de la predicción" con la declaración del aviso de nivel rojo en el litoral sur primero y "vuelven a cambiar todo" para extenderlo al interior norte y litoral norte. Eso obligó, según su declaración, a "volver a repetir" el protocolo de alerta a los municipios, lo que supuso "cierto mareo". A los mensajes enviados a los ayuntamientos nadie respondió, pero "es normal que no respondan", según dijo: "En función de esa información, ellos deben saber qué tienen que hacer y qué medidas preventivas tienen que poner en marcha".
Con respecto al nivel de avisos, el técnico aseguró que un aviso amarillo es "cotidiano" y que los avisos naranja "no son tan habituales pero tampoco son extraños" en relación a vientos y fenómenos costeros. "Pero los rojos por lluvia sí suele tener la Comunitat Valenciana por nuestro clima", aseguró, aunque luego constató que en 2024 no había habido ninguno y este año, sólo uno en el mes de marzo. Con todo, no consideró que el aviso rojo "sea excepcional".
El técnico desveló una conversación con un predictor de la Aemet sobre las 16.30h donde, según dijo, le explicó que la tormenta "se desplazaba hacia la Serranía de Cuenca". Unos términos polémicos por ser similares a los pronunciados por el president, Carlos Mazón, en su comparecencia pública de las 11.45h. La jueza le preguntó por la coincidencia en las palabras pero el testigo afirmó que "ni siquiera sabía en ese momento lo que había dicho Mazón. Aemet rechaza haber hecho esa previsión, tal como dijo el jefe de Climatología en la Comunitat, según el cual se comunicó que poco a poco la Dana se movería hacia el norte. Sea como fuere, el técnico "no le dio ninguna importancia y por eso no lo compartió con nadie", según la declaración efectuada.
No se avisó del correo de la CHJ porque estaba presente en el Cecopi
Otro de los aspectos relevantes de su declaración tiene que ver con la CHJ porque la sala de mando recibió el ya famoso correo de las 18.43h, que advertía de que el caudal en el barranco del Poyo alcanzaba casi los 1.700 metros cúbicos por segundo, superando en diez veces el umbral que obliga a la Confederación a alertar según su propio protocolo. Sin embargo, esta información nunca llegó al Cecopi, presidido por la exconsellera Salomé Pradas y donde también estaban presentes la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y el presidente de la CHJ, Miguel Polo, con otros técnicos.

- Imagen del Cecopi aportada a la causa. Foto: VP
El testigo confirmó que ese correo se recibió en sala. "Yo no lo vi pero me pasaron la información, alguien lo recibió y lo dijo", rememoró en su declaración. ¿Y qué hicieron con él? Se transmitió a través del chat interno con el resto de cuerpos de seguridad y emergencias Coordcom por ser "algo sorprendente" y se trasladó así "a todas las agencias porque es grave y no es normal". "Eso en el Poyo no cabe", insistió.
Aquí, el técnico itió que la información, sin embargo y pese a la gravedad, no se elevó al Cecopi porque "el Comité Permanente de la CHJ está en el Cecopi". "Entendemos que al estar 4 ó 5 personas de la CHJ, son ellos los que deben dar explicaciones", expuso en ese sentido. Cabe recordar, ciertamente que entre el equipo de la Confederación estaba conectado a la reunión telemáticamente y que la Conselleria decidió suspender la reunión entre las 18h y las 19h, por lo que cuando se dio el aviso por correo, la videoconferencia estaba en standby.
En ese sentido, el técnico explicó que desde las 18.45h eran conocedores en la sala de "la situación en la rambla del Poyo". Y señaló a la CHJ como responsable de "la obligación de análisis de la información sobre los caudales". Además, relató cómo fue el envío de la alerta masiva a la población y que fue la propia Pradas la que le dictó el mensaje que había que remitir procedente del Cecopi.